sábado, 29 de julio de 2017

Perdoname mamá

Sé que después de pasados cuatro años de que perdiera todas sus capacidades y uno y medio de que murió es absurdo que me castigue de está manera.
Cuando empezó a perder su lucidez la torturé intentando mil y una cosas para que no se me fuera. Me costó mucho aceptar que no podía hacer nada, siempre había podido!!
Y ahora, salgo de mi nuevo piso y pienso:
"Si la hubiera traído aquí, donde podía sentarla en el balcón, quizá con el sol y el bullicio de la gente al pasar, con la imagen del parque de enfrente, todo se hubiera retrasado".
Nunca conseguiré alejar de mi el sentimiento de culpa por no poder hacer un milagro.
Lo siento mamá pero no pude. Perdoname.
Por no poder detener el Párkinson.
Por no poder detener la demencia.
Por no poder mantenerte a mi lado, anclarte a este mundo un tiempo más.
Por no poder evitar que perdieras el habla.
Por no poder evitar que perdieras el movimiento.
Por no poder evitar que me dejarás sola demasiado pronto.
Por no poder evitarte el sufrimiento del final.
Siempre estuve contigo en los momentos más difíciles. No me separaba de tu lado, de tu cama.
Nunca te soltaba la mano y creí que podía engañar al destino, creí que podía esconderte detrás de mi y que no te alcanzara lo que te estaba destinado. Creí que estando a tu lado saldrías adelante como otras veces.
Pero fallé. No conseguí protegerte. Las cosas me pillaron a tras mano y, una vez esa horrible enfermedad te invadió no pude pararla, ni siquiera ralentizarla.
Cuando te fuiste cambié de ciudad, de piso. No me traje nada conmigo para empezar de nuevo. Pero aún así, donde mire te veo y me gustaría tanto que pudieras acompañarme en este nuevo lugar que se que te encantaría.
Por eso te pido perdón, mamá. Por no poder hacer el milagro.


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