martes, 11 de julio de 2017

"En la oscuridad" A.Pampliega

Supe de Antonio cuando abrí mi primera cuenta en Twitter y seguí su secuestro, como la mayoría, por las noticias.
"En la oscuridad" nos da la posibilidad de vivir esta terrible experiencia en primera persona.
El relato está escrito de tal forma que facilita una lectura rápida y asequible, para todo tipo de público. Pero a la vez, con ese lenguaje sencillo consigue mucho más.
En cada frase, en cada momento, en cada capítulo palpita enorme, de tal manera que se sale del texto, sus sentimientos, sus miedos, su angustia.
Vives con él, inmerso en el ambiente cerrado y asfixiante, siempre con el miedo adherido al cuerpo como una segunda piel. El temor infinito de que se abra la puerta y se acabe la función.
Pero lo que hace de este relato algo cercano es que su autor no aprovecha para erigirse en héroe, en intrépido y valiente. Solo se nos muestra como el ser humano que es, con las mismas reacciones que podríamos tener todos en su lugar.
Como el miedo y preocupación constante que, sin querer, está causando a su familia. Porque en realidad Antonio teme a la muerte pero, aún más, a que su familia la vea retransmitida por televisión.
"En la oscuridad" me ha hecho emocionar muchas veces durante su lectura. He caminado junto a su autor y he sufrido con el.
Para mi es el 100% de la esencia que un relato debe tener.
Debo felicitarle porque este exorcismo, esta catarsis, no debe haber sido nada fácil.
Y este post podría quedarse aquí pero voy a añadir un comentario más.
Durante la historia de la humanidad han habido infinidad de conflictos armados, e indudablemente, los cronistas en ciertas épocas y las agencias de prensa después, han sido fundamentales para todos los bandos.
Pero la información que recibimos de estos medios, filtrada y partidista, muchas veces tiene como objetivo lo que vulgarmente se llama "arrimar el ascua a su sardina".
Por eso es tan importante este nuevo medio de los periodistas "Freelance" como Antonio.
Profesionales que se desplazan a las zonas más calientes de los conflictos para darnos una información de primera mano, en primera persona. Trasladarnos las palabras de los refugiados. Explicarnos la realidad de las situaciones. Mostrarnos las imágenes sin manipular.
Son hombres y mujeres que van armados con ordenadores y cámaras, no con AK47.
He leído muchas críticas, muchas teorías de la conspiración donde se les acusa de "mercenarios", de trabajar para el mejor postor. Para mi todo eso no es más que una sarta de sandeces salidas de los que, sentados cómodamente en su sofá, se permiten el lujo de criticar por un afán de protagonismo o, en la mayoría de los casos, por un intento desesperado de acallar sus conciencias.

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